El estilista Eduardo Algaba es un firme defensor de que para lucir pelazo, hay que ser constante en el cuidado del cabello al margen de la estación. «El cabello sufre los mismos daños tanto en invierno como en verano. El hecho de que estemos en otra estación no indica que vaya a estropearse más o menos. En Córdoba hay fuertes cambios de temperatura entre la mañana a la noche, por lo que debemos tener un especial cuidado», advierte el creador de Algaba Hair Club.
«Lo que sí ocurre en los meses más fríos del año es que nos secamos más el pelo y utilizamos más stylers: tenacillas, conos, planchas, etc, por lo que debemos seguir aplicando protectores térmicos, que nos van ayudar a que la fibra capilar esté sellada y se vea brillante y sana», matiza el peluquero cordobés.


Y es que en palabras de Algaba «en cualquier época del año, debemos acudir a un profesional que -diagnóstico previo mediante- nos aconseje los productos y tratamientos más recomendables».
Este prestigioso profesional insiste en que hay que huir de grandes superficies y perfumerías donde no hay personal cualificado para dar esa información.
«También hay que evitar siempre alisados químicos caseros, pues pueden causar daños irreparables e irreversibles, para los que la única solución es cortar el cabello», advierte.


La joya de la corona
No obstante, los estragos del invierno tienen solución y -aún mejor- prevención. Y desde su lujoso salón de la calle Claudio Marcelo, 4, Eduardo Algaba explica cómo trabajan: «Disponemos de todo tipo de tratamientos y son absolutamente personalizados (en función de que sea un cabello virgen o teñido, teñido con mechas, mechas solas o decolorado). En cada caso hacemos un diagnóstico previo y analizamos tanto cuero cabelludo como el resto de la fibra capilar».
En esta línea, lo último en llegar a su salón es el tratamiento bautizado como ‘Luxury Diamond’. Pero, ¿en qué consiste? Algaba nos lo resume: «Exfoliamos el cuero cabelludo para desintoxicar (eliminamos siliconas y restos de productos que podamos tener) y abrir el bulbo».
Y continúa: «Pasamos al lavacabezas y realizamos dos lavado previos con un champú detox a base lavanda y aloe vera, que tiene un efecto desintoxicante sorbe el cuero cabelludo. Seguidamente, se aplica una ampolla -de raíz a puntas- de células madre vegetales, que debe estar a una temperatura superior a 30º para que se activen y posteriormente cauterizarlas sobre el cabello».
Parte del éxito del proceso depende del toque final: «En este caso, en lugar de plancha con calor seco, se aplica un calor húmedo que se consigue a través de vapor de agua mineral, a la cual se añaden aceites esenciales en función del tratamiento que se va a llevar a cabo o el tipo de cabello. Aplicamos un buen protector térmico y secamos».
Rocío Górriz/ Fotografías: Miguel Valverde