‘Concineamiento’ (III): Encerrados

El zapato de Hrundi

Una sección de cine y series de Alberto Armas

 “Nos hemos convertido en una raza de mirones” . La ventana indiscreta.

¡Qué grande es el cine! Hemos cambiado las ventanas por multipantallas. Y poco más. Seguimos iguales. En el cine, como en la vida, son muchas las historias de confinamiento que hemos visto. En esta lista destacaremos algunos de los encierros cinematográficos más importantes o significativos, cada uno desde una perspectiva diferente.

  1. LA VENTANA INDISCRETA (Alfred Hitchcock, 1954)

Impedimento “físico”. Lo dicho, qué grande es el cine. Y el maestro Hitchcock lo hizo más grande todavía. Película imprescindible por cualquier motivo que se nos ocurra y seguro que por muchos más. Basada en el relato corto It had to be a murder, de Cornell Woolrich, este clásico está de rabiosa actualidad. Jeff (James Stewart, o todos nosotros, como prefiráis) se encuentra atrapado en una silla debido a un accidente laboral sin poder moverse y con la única distracción de observar el mundo exterior a través la ventana de su salón. Todo un gran carnaval ante nuestra atenta mirada. Esa bailarina, ese compositor, esos viejecitos bajando al perro a la calle por medio de una cesta desde su apartamento, esa pareja fogosa al otro lado de la pared, ese pequeño misterio que nos intriga… ¿Os suena de algo? Hitchcock en modo visionario.

2. EL ÁNGEL EXTERMINADOR  (Luis Buñuel, 1962)

Impedimento “extrafísico”. De maestro a maestro. Pero Buñuel no necesitaba de ningún tipo de justificación para encerrar a toda una clase burguesa dentro de las mismas cuatro paredes. A partir de ahí, nos encontramos con mucha mala baba y con una de las disecciones más bestias de la especie humana como tal. Y es que, por mucho que lo intentemos disfrazar, el ser humano es el mismo ante las necesidades más básicas y primitivas, sea de la clase que sea.

3. EL SHOW DE TRUMAN (Peter Weir, 1998)

Impedimento “experimento sociológico”. A primera vista, puede parecer que esta inolvidable película interpretada por un maravilloso Jim Carrey y dirigida por uno de los directores americanos más infravalorados, Peter Weir (Único testigo, El club de los poetas muertos, Master & Commander), no debería estar en esta lista. Pero una vez analizada en toda su amplitud, entra de cabeza. Una sociedad gobernadora y gobernante de nuestros actos, de nuestros gustos y preferencias. De nuestros miedos, colocados a propósito. Truman nacería, crecería y moriría bajo un orden establecido. Como todos nosotros. Y si nos apartamos de ese camino, es posible que cambien de canal. ¿Telerrealidad? Dejémoslo en realidad a secas.

4. LA HABITACIÓN (Lenny Abrahamson, 2015)

Impedimento “psociópata”. Podríamos hacer una lista únicamente con películas sobre secuestros (otro ejemplo, Misery), pero nos quedamos con ésta como el más cruel de los encierros. La ficción superada por la realidad. Dura, poética, imposible, vital. Cuesta creer que los hechos que narra sean verdad, y que el ser humano pueda llegar a tales límites. Pero en la otra cara de la misma moneda, también capaz de superar cualquier tipo de adversidad. Ese año, una enorme Brie Larson fue la merecida ganadora del Oscar a la mejor actriz.

5. CUBE (Vincenzo Natali, 1997)

Impedimento “científico”. Esta ópera prima de Vincenzo Natali se convirtió en película de culto desde el mismo momento de su estreno. La premisa es sencilla. Un grupo de personas sin ningún tipo de relación aparente entre ellas se despiertan en una habitación de la que no pueden salir. O es lo que ellos creen. Un experimento científico en el que la cooperación hace la fuerza, hasta que la fuerza se impone por sí sola. Sorprendente  y angustiosa.

6. ÚLTIMA LLAMADA (Joel Schumacher, 2002)

Impedimento “psicópata”. Joel Schumacher firma la que es, hasta el día de la fecha, su última gran película. Con un Colin Farrell inmenso, cuenta la historia de Stu Sheppard, un publicista mentiroso y enamorado de sí mismo, que queda atrapado en una cabina de teléfono debido a que un francotirador le apunta bajo la amenaza de disparar contra él. Su punto fuerte, su duración. Poco más de 80 minutos de pura adrenalina que se pasan como un suspiro.

7. EL HOYO (Galder Gaztelu-Urrutia, 2019)

Impedimento “voluntario”. La película de la que todo el mundo habla. La gran triunfadora en la última edición de Sitges y la primera película española en ganar el premio a la mejor película en dicho festival. Nuestro Cube, pero vertical. Este encierro voluntario de quienes lo sufren es técnicamente deslumbrante (luego en este país nos quejamos mucho de que solo se hacen un tipo de películas), una obra valiente y sin tapujos, que, por ponerle algún “pero”, quizás sea la extrema y explícita verbalización de la crítica que plantea.

8. BURIED (Rodrigo Cortés, 2010)

Impedimento “bélico”. En la guerra todo vale. Pero este secuestro es uno de los más angustiosos que se recuerdan en la gran pantalla. No apta para claustrofóbicos. Dirigida con gran pulso e inteligencia por Rodrigo Cortés, cuenta la historia de un soldado americano (menudo tour de force que se marca Ryan Reynolds) que se despierta dentro de un ataúd enterrado en alguna parte de Irak. Solo dispone de dos elementos, un móvil y un mechero, ambos con un uso limitado. Agarraos con fuerza porque os espera uno de los finales más sorprendentes de los últimos años.

9. LA COMUNIDAD (Álex de la Iglesia, 2000)

Impedimento “vecinal”. En el año 2000, Álex de la Iglesia nos regaló la que, para un servidor, sigue siendo su película más redonda. Enorme Carmen Maura y más enorme todavía Terele Pávez, haciendo de mala, malísima, mala. Años más tarde, De la Iglesia intentaría repetir jugada con El bar, con desigual resultado. Y es que la película que nos ocupa es muy, muy divertida y con muy mala uva. ¿Queremos salir del edificio? Sí ¿Podemos? No, de eso ya se encargan nuestros vecinos. ¿Labor social? Tampoco, esta gente era un pelín más maligna.

10. LA TERMINAL (Steven Spielberg, 2004)

Impedimento “político”. En un momento en el que saltaba de obra maestra a obra maestra, Spielberg nos trajo una de sus películas “menores” junto a su gran amigo Tom Hanks. Y es que esta encerrona verídica se debe a que nuestro amigo Viktor Navorski  queda atrapado en el aeropuerto internacional J.F. Kennedy, al dejar los EEUU de reconocer a su país de origen como nación soberana, y no tener el protagonista, por tanto, ningún tipo de ciudadanía.  Pese a la mala recepción por parte de crítica y público en el momento de su estreno, La terminal no deja de ser una bienintencionada película hecha por un maestro en un momento en el que decidió frenar un poco. Y nadie le puede culpar por ello.

11. NÁUFRAGO (Robert Zemeckis, 2000)

Impedimento “geográfico”. De nuevo Tom Hanks, esta vez bajo las órdenes de su otro gran amigo Robert Zemeckis (Regreso al futuro, Forrest Gump). Otro tour de force de Hanks,  en la piel de un empleado de la empresa FedEx que tiene un accidente aéreo y acaba atrapado en una isla del océano Pacífico durante años. Tercera nominación al Oscar consecutiva. Considerada como una de las mejores películas de supervivencia de la historia del cine, trata en definitiva sobre la superación física y mental a la que el ser humano se tiene que enfrentar en circunstancias únicas. El hombre contra la naturaleza. O mejor dicho, con la naturaleza. A destacar, además de la labor de su megaestrella, uno de los accidentes aéreos mejor dirigidos, y uno de los secundarios inanimados más icónicos que existen. Desde ese momento, Wilson es y será siempre nuestro amigo.

12. LA HABITACIÓN DEL PÁNICO (David Fincher, 2002)

Impedimento “invasión doméstica”. Otro claro ejemplo del subgénero de amenazas externas por parte de terceros que encierran a una familia dentro de una casa. A diferencia de las del resto de la lista, este confinamiento llevado a cabo por Jodie Foster  junto a su hija (una jovencísima Kristen Stewart), es a todas luces voluntario. Vale, sí, no tienen muchas más opciones. Pero a lo que nos referimos es que son ellas mismas las que pulsan el botón que cierra todas las compuertas de la habitación donde se van a ocultar durante el atraco de su casa por parte de unos ladrones, y así mantenerse a salvo. El gran David Fincher jugando al gato y al ratón, con ellas y con nosotros. Una de las películas más olvidadas de ese genio que merece más de un visionado.

 13. CADENA PERPETUA (Frank Darabont, 1994)

Impedimento “administrativo”. Como pasaba con las películas de secuestros, o de invasiones domésticas, las películas carcelarias pertenecen a un subgénero en sí mismo. Corría el año 1994, y Frank Darabont sorprendía a propios y extraños con esta historia de amistad entre muros interpretada por unos grandes, muy grandes, Tim Robbins y Morgan Freeman.  Clásico instantáneo, tuvo la mala fortuna de competir en los Oscar de ese año con Forrest Gump y Pulp Fiction (uffff). Una película perfecta, que gana visionado tras visionado y que jamás llega a aburrir. De esas que se están emitiendo en algún canal, y vaya por donde vaya, terminas viendo hasta el final, sí o sí. Y qué final. Imprescindible.

14. ROMPENIEVES (Bong Joon-ho, 2013)

Impedimento “planetario”. En el primer artículo de esta sección, hablamos de la importancia que ha sido este año la victoria en todos los certámenes de una película como Parásitos, la obra maestra del coreano Bong Joon-ho. Y es que ese reconocimiento mundial era cuestión de tiempo. Con una filmografía muy compacta, mezclando elementos clásicos con modernos, y con un pulso narrativo a prueba de bombas, en el año 2013, y ya con cierto renombre debido a películas como Memories of murder o The Host, Bong Joon-ho dirigió su película más internacional hasta la fecha sobre un grupo de personas luchando por su supervivencia encerrados en un único tren y en unos vagones clasificados por estatus sociales, todo ello como consecuencia del enfriamiento extremo del planeta que hace imposible la vida en el exterior. Una proeza técnica vibrante, arrebatadora, directa. Un espectáculo puro.