Daniel Ruiz, pediatra: «Los catarros de vías altas en lactantes se pueden convertir en bronquitis o bronquiolitis»

El especialista apunta a la dificultad respiratoria, la fiebre alta y el rechazo de comidas como los síntomas claves para acudir al hospital

Con el invierno a las puertas y el frío arreciando, Daniel Ruiz, pediatra de Quironsalud Córdoba, hace balance de las afecciones respiratorias más frecuentes entre los niños: «Sin duda, son los catarros de vías altas. En este caso sí que debemos tener especial cuidado con los niños pequeños ya que pueden convertirse en bronquitis o bronquiolitis. Estos catarros, que en niños grandes pasan como infecciones banales, pueden complicarse en lactantes pequeños», asegura el facultativo.

Pero a diferencia de años anteriores, la expansión de la gripe entre los peques está siendo, por el momento, mucho menor ¿Por qué? Ruiz responde: «El uso de mascarillas, lavado frecuente de manos y distancia social impuestos por la pandemia tiene mucho que ver».

Signos de alarma

Y en contra de lo que muchos progenitores piensa, dice: «Más del 95% de estas infecciones (catarros, bronquitis o bronquiolitis) que tienen los peques en esta época son víricas. Nos pasamos el día recordando que no necesitan de antibióticos ya que no aportan prácticamente nada, excepto en el caso de alguna complicación. Además, son infecciones que no suelen provocar inmunidad porque son múltiples los virus que las provocan.»

Por eso los padres deben estar atentos a una serie de síntomas que de manera casi inequívoca les darán la voz de alarma para acudir al hospital en busca de ayuda: «Nos referimos a la dificultad respiratoria, el rechazo de tomas, la fiebre alta, que no cede con la aplicación de antitérmicos, especialmente si se trata de niños menores de dos años.

Claves para la recuperación

No obstante, al margen del tratamiento prescrito al paciente, el pediatra nos revela cuáles son algunos de los mejores aliados para hacer más llevadera la superación de la enfermedad: «Puede ser beneficioso para aliviar la congestión el uso de humidificadores en las habitaciones al principio de la noche y no durante más de dos horas, con el objetivo de evitar zonas de humedad, en que pueden proliferar hongos causantes de algunas alergias», destaca. «Sin embargo, yo suelo aconsejar más los nebulizadores, que se pueden poner con suero fisiológico o hipertónico. Al aplicarse sobre la boca directamente con una mascarilla, descongestionan bastante; hacen más fluida la mucosidad y facilitan su expulsión», explica.

Pero, ¿Y si llega la temida fiebre? «Tenemos que intentar no abrigarlos mucho mientras sube la fiebre e intentar desabrigarles un poco cuando ésta alcanza su punto más alto, ayudando así a que vaya bajando», advierte.

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Rocío Górriz