El prestigioso Teatro Góngora de Córdoba se ha convertido en el escenario privilegiado para recibir al laureado guitarrista clásico David Russell en el marco de la edición número 42 del Festival de la Guitarra. Este virtuoso de las cuerdas, reconocido mundialmente por su genialidad y maestría, brindó un concierto excepcional que dejará una huella imborrable en los corazones de los asistentes.

Ganador de un Grammy, Doctor honoris causa en música por la Univerisdad de Arizona, Russell es reconocido a nivel mundial por su maestría y arte inspirador.

La velada se dividió en dos partes, cada una con su propio encanto. La primera nos transportó a través de las composiciones de Eduardo Sainz de la Maza, Benedetto Marcello, Vicente Asencio y Bernhard Lackenbacher. Desde la pieza etérea «Campanas del Alba» hasta la enérgica «Variations Brillantes», Russell demostró su versatilidad y dominio absoluto del instrumento, una forma peculiar de hacer «hablar» al instrumento de la que solo unos pocos virtuosos en el mundo pueden presumir.


En la segunda parte, el público fue cautivado por «The Blue Madeleine» de Giacomo Susani, una obra que el compositor italiano decidió dedicar precisamente al talentoso David Russell. Le siguieron la emotiva sonata «Al fin solos» y los melódicos valses «Pienso en ti» de Carlos García Tolsa. Por último, pero no menos importante, Russell deleitó a todos con una selección de música tradicional celta, que nos transportó a sus orígenes, a los lejanos, verdes y fríos paisajes escoceses, al eco de las gaitas en las highlands, a la magia de la mitología celta, melodías que recuerdan a las medievales, transportándonos a mundos lejanos en el tiempo y en el espacio.

Entre una y otra canción, afinando su guitarra en las diferentes escalas que elige para tocar, el artista no olvida saludar a su público, al que se dirige con confianza pero al mismo tiempo con gran respeto, agradeciendo más de una vez los numerosos y calurosos aplausos. El público quedó asombrado por su genio musical e inspirado por su cautivadora presencia escénica.


Lo que Russell intenta contar con su guitarra son historias, aunque las composiciones y los patrones seguidos puedan suponer una barrera para la escucha de un oído inexperto y poco entrenado. Pero el milagro de la música se produjo por enésima vez en el escenario del Teatro Góngora, la demostración de que a pesar de los límites, la inexperiencia y el abismo que separa la conciencia artística de un compositor y la falta de dominio de un público medio, el lenguaje universal de la música llega a todos y cada uno lo traduce de forma personal, abriendo numerosos mundos paralelos diferentes en la mente de los espectadores. Hace sencillos incluso los pasajes más difíciles, afectando al oyente en sus esferas emocionales más elevadas.

Russell, aclamado por The New York Times y el legendario guitarrista Andrés Segovia, cautivó con su interpretación detallada y líricamente provocativa, evidenciando una comprensión innata de la visión de los compositores. Este concierto, fiel al espíritu del Festival de la Guitarra de Córdoba, no decepcionó y brindó una velada inolvidable de virtuosismo y profunda musicalidad y profesionalidad. Una vez más, David Russell demostró por qué es considerado uno de los mas grandes de la guitarra clásica en el panorama actual.