REDACCIÓN-INSITU DIARIO
En el confinamiento, como en la vida todo depende del color del cristal con que se mira. Y es que esta anómala situación ha supuesto un reto emocional para la población. Según el Instituto de Estadística y Cartografía de la Junta de Andalucía, el 40,5% de la población se ha sentido deprimida en algún momento, el 5,6% buena parte del tiempo y el 3,4% todo o casi todo el tiempo.
Las más afectadas han sido las mujeres, de las que el el 7,2% ha manifestado que se ha sentido deprimida buena parte del tiempo y el 5,5% todo o casi todo el tiempo.
Si atendemos a la edad, las personas mayores de 65 años son las que más momentos de depresión y soledad han tenido, pero también las que afirman que con más frecuencia se han sentido tranquilos y relajados (67,5%). En el extremo opuesto están los menores de 45 años.
Quienes han experimentado una mayor sensación de disfrutar de la vida son los andaluces cuya edad se ubica entre los 30 y 44 años (47,5%); mientras que los que más energía rebosaban eran los ciudadanos con edades comprendidas entre 45 y 64 años (45.6%).
Como era de esperar, una de las grandes preocupaciones de las madres y padres ha sido el estrés emocional de los hijos durante el confinamiento ocasionado por los cambios de rutinas, espacios y tiempos, que se vieron drásticamente modificados de una manera imprevista. Casi un 46% de los progenitores manifestaba un nivel muy alto de preocupación, que subía hasta el 50,1% en el segmento de madres.
Por el contrario, entre los motivos que llevaron a los andaluces a mantener el optimismo durante los días de encierro destacan: el tiempo con la familia y los amigos (28,1%) aunque en gran proporción fuese en forma de vídeo llamada; la sensación de que la situación es temporal (23%) y mantenerse activo con actividades de entretenimiento (13,1%). No osbtante, también hubo un 5,1% de la población que manifestaba no tener razón alguna para el optimismo, porcentaje que se incrementaba (8,7%) entre las personas con edades iguales o superiores a 65 años.
En la orilla contraria de la tabla estaba tener creencias religiosas y espirituales (2,2%) y mantener una rutina diaria (2,8%).
Pero ante un futuro tan incierto, ¿qué es lo que más nos asusta? El mayor miedo tanto de hombres como mujeres es que se saturen los servicios sanitario (46,2%); revueltas e inseguridad (34,7%) y contraer la infección por coronavirus (33,4%).
¿Lo que menos? Una posible crisis de abastecimiento de agua, luz, medicamentos (13,9%) … y problemas con los estudios (18%)