REDACCIÓN – INSITU DIARIO
Carlos Pérez Sánchez, cordobés e investigador post-doctoral del departamento de Medicina de la Universidad de Cambridge, conversa con Insitu Diario sobre el coronavirus en base a estudios que se han realizado y las consecuencias que éste traerá.
Doctor en Biomedicina y licenciado en Biología por la Universidad de Córdoba, con dos másters, más de 30 proyectos y cinco patentes a sus espaldas, este joven de 34 años ha presentado sus resultados de investigación en ciudades como Washington, París y Londres, entre otras. Además ha fundado una ‘startup de biotecnología que actualmente dirige.
-¿A qué edad empezó su carrera profesional, cuántos años lleva ejerciéndola y cuál es el motivo de su investigación en este momento?
–Empecé a trabajar como investigador en el año 2009 en el departamento de Enfermedades Autoinmunes del Imibic (Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba). En este grupo trabajé hasta el año 2018, cuando finalmente me desplacé a Cambrigde, donde actualmente realizo mi labor como investigador. Durante todos estos años también he realizado algunas estancias formativas en mi período post-doctoral. Estuve trabajando tres meses en el Instituto Murciano de Investigación Biomédica y también seis meses en la unidad de lupus del hospital Saint Thomas de Londres.
-¿Cuál cree que será su futuro como investigador?
-En un futuro cercano voy a unirme al departamento de Biología Celular de la Universidad de Córdoba, ya que he conseguido un contrato competitivo nacional que se denomina Juan de la Cierva, y tiene una duración de dos años. El futuro de la carrera investigadora en España es complicado, debido a la escasez de financiación como de oportunidades de estabilización. Cuando termine este contrato tendré que volver a solicitar nuevos contratos y a competir por otros que tendrán una duración limitada que puede variar entre uno y cinco años, hasta que pueda optar a uno de los pocos puestos estables que hoy tenemos dentro de la estructura académica y científica que ofrece nuestro país.


-¿Cuáles son los temas de investigación más importantes que ha realizado durante tu carrera?
-Durante todos estos años, mi investigación ha estado centrada en enfermedades autoinmunes. Me he centrado en estudiar los mecanismos por los que en estas en enfermedades autoinmunes se produce la enfermedad cardiovascular. Estos pacientes lo que tienen es una inflamación sistémica; el organismo produce unas moléculas que van a terminar por dañar los diferentes órganos. En especial se ha visto que los enfermos desarrollan unas patologías cardiovasculares que pueden acarrean problemas muy serios. Durante todos estos años, hemos estado analizando estas enfermedades y cuáles son las alteraciones del sistema inmune por las que se deriva este tipo de patología. Hemos abordado también terapias que redujesen el riesgo de sufrir estas enfermedades y nos hemos centrado también en el tema de biomarcadores; es decir, analizar moléculas de la sangre que puedan ser informativas para futuros casos.
-¿Ayudas o subvenciones del Gobierno a la investigación?
-Actualmente existen diferentes organismos que se encargan de la financiación de los contratos del personal investigador, al igual que de los proyectos para realizar cada uno de los estudios de investigación. Ahora mismo, las subvenciones pueden ser internacionales, nacionales y autonómicas. Lamentablemente, la cuantía y el número de estas ayudas se ha ido reduciendo año tras año hasta llevar a la ciencia de nuestro país a un estado muy preocupante. Conozco numerosos investigadores con un largo recorrido y mucha experiencia que se ven abocados a crear sus grupos de investigación en España o incluso a emigrar a otros países donde la ciencia tenga un papel protagonista en la política de su gobierno. En Inglaterra, por ejemplo donde, actualmente estoy trabajando, he encontrado muchas más oportunidades de las que tenía en España: el número de contratos, los tiempos de duración y los salarios, superan con creces los de nuestro país. Son al final otros países los que se benefician del gasto que ha hecho la sociedad española en formar a los investigadores. En cuestión de inversión, España es uno de los que menos invierte en ciencia, por debajo de la media europea.
«Con una mayor inversión en ciencia es posible que ya tuviéramos algún tipo de vacuna»
-¿Cree que si se hubiese destinado mayor presupuesto a investigación en España estaríamos en esta situación actualmente? ¿Habríamos podido atajar la expansión del coronavirus con una mayor eficacia?
-Es complicado saber si la situación actual hubiese sido diferente, sin embargo, desde mi punto de vista, ésta impactará en las políticas futuras. El Gobierno debería haber actuado con mayor rapidez para atajar la infección de una forma más eficiente. Probablemente con una mayor inversión en ciencia, a día de hoy, tendríamos un mayor conocimiento de este virus, de otros virus y de patologías similares. Es posible que tuviéramos también una amplia variedad de tratamientos e incluso podríamos tener avanzado algún prototipo de vacuna frente a este tipo de virus. Cuanta más inversión haya, más conocimiento habrá y mayor posibilidad de enfrentar este tipo de problemas, eso está claro. Esperemos que esta situación sirva para aprender y estemos más preparados para futuras epidemias.
-¿Le parecen acertadas las medidas que está tomando el gobierno o volverá a subir la curva como la espuma? ¿Cree que propuestas como la salida de los niños a la calle nos van a perjudicar?
–Confio en que el Gobierno se está basando en la opinión de los comités científicos; es decir, ellos tendrán un grupo de trabajo compuesto por expertos en la materia y habrán valorado los pros y los contras de las medidas para tomar la decisión de adoptarlas. En relación a los niños, llevamos mucho tiempo confinados y ellos deben estar sufriendo el encierro desde un punto de vista psicológico, así que me parece bien que salgan a la calle, pero siempre y cuando se haga con responsabilidad. Paseos cortos con una persona, con tiempo limitado en el que no haya interacción con otros niños y sobre todo que sigamos con el distanciamiento social, que es en definitiva lo que nos va a ayudar a reducir el número de contagios. Las directrices que se han dado me parecen acertadas, pero se deben realizar de manera responsable. Si se hace así, no debería de perjudicar en el aumento del número de casos, ahora bien, si las normas no se cumplen a rajatabla, estaríamos como al principio.


-Andalucía es la comunidad con más habitantes de España y Córdoba es la décimo tercera ciudad en orden de población a nivel nacional. Pero en número de afectados, ambas son de las menos castigadas por Covid-19. ¿A qué cree que es debido?
-Podríamos destacar que la situación es un reflejo de como está llevando las directrices la sociedades cordobesa y andaluza, que parece que se lo ha tomado en serio y está llevando a cabo la restricciones de manera correcta. Es cierto también que en ciudades más industrializadas, como Madrid y Barcelona, el número de personas que tienen que ir a trabajar y por tanto tener contacto con otros es mayor. En esas situaciones el aumento de número de casos se dispara y es por ello que quizás esos territorios tengan mayor número de casos.
-¿Es verdad que el calor inhíbe el virus?
-Esto aún no se conoce. Hablamos de una enfermedad nueva, que conocemos desde hace unos meses y es difícil saber cómo se va a comportar el virus. Lo que sí sabemos es que si tenemos en cuenta otro tipo de virus que son parecidos a este, sabemos que suelen ser estacionales y el ritmo de contagio e infecciones debería bajar en los meses de verano, pero no tenemos datos a día de hoy que aseguren que eso va a ocurrir. De hecho, cada día salen nuevas investigaciones y en algunas de ellas nos indican que esto no está muy claro. Se están haciendo diferentes experimentos que tratan sobre cómo inhibir el virus con calor y vemos que el Covid-19 es más resistente de lo que parece.
-¿Cuáles son los virus de la familia del coronavirus?
-Este virus es de la familia sars cov 2 y es de la misma familia de otros virus que salieron hace unos diez años en China. Se descubrió que estos virus también tenían afectación pulmonar, pero no se extendieron mundialmente porque se lograron controlar en China, donde se originaron. Por este motivo se sabe que este virus tiene una mayor resistencia que sus hermanos.
«El virus expuesto al calor es más resistente de lo que parece»
-Ha dicho que tanto este virus como sus hermanos afectan a los pulmones. Pero ¿hay otros órganos que se vean afectados?
-Buena pregunta porque, en un principio, su principal órgano diana era el pulmón, pero se está viendo día a día que este virus afecta a diferentes zonas del organismo. Recientemente unos investigadores italianos han hecho autopsias en personas que han muerto de coronavirus y han identificado que el sistema cardiovascular estaba afectado porque tenía trombosis. Se han visto afectaciones renales y neurológicas; así que podemos descartar que sea un virus exclusivo del sistema respiratorio.
-¿Cree que está la mano humana detrás de la pandemia?
-Personalmente descartaría por completo esta posibilidad ya que se ha conseguido secuenciar por completo el material genético del virus y hay científicos que apoyan que las secuencias del virus no han sido creadas en un laboratorio. Son virus que se encuentran en unas determinadas especies como el murciélago, y parece que del murciélago ha pasado a los humanos, pero no hay indicios a nivel científico que nos lleven a pensar que se ha creado en un laboratorio.
–En su centro de trabajo en la Universidad de Cambridge dejaron la investigación ordinaria de lado para estudiar de lleno el coronavirus. ¿Llegaron a alguna conclusión?
-En Cambridge nos dividimos por grupos de investigación. A raíz del coronavirus, los directores de los diferentes grupos se reunieron y nos ordenaron parar las investigaciones que estábamos realizando. En pocos días se crearon unos grupos de investigación del virus y en concreto en mi grupo lo que hacemos actualmente es recibir muestras de pacientes positivos por coronavirus y con esas muestras nuestro trabajo es aislar los diferentes tipos de células del sistema inmune. En cada uno de esos tipos celulares realizamos unos análisis que nos permitan identificar cuales son aquellas alteraciones que se están produciendo en el sistema inmune por parte del virus. Pero, como dije anteriormente, nos encontramos ante un virus nuevo y aunque las vías de investigación están abiertas y se está trabajando a marchas forzadas para conocer lo máximo posible del virus, aún es pronto para hacernos una idea de éste. Necesitaríamos tener un número grande de pacientes que nos permitan sacar conclusiones certeras y llegar hasta la ansiada vacuna.


–¿Qué le pasa al cuerpo cuando el virus entra en él?
-Sabemos de momento que presentamos diferentes síntomas. Si bien hay pacientes que no los desarrollan, los llamados asintomáticos, hay otro grupo de personas que, no se conoce muy bien porqué, el sistema inmune lleva a cabo una reacción al virus que produce una serie de daños. Entre los síntomas más familiarizados encontramos la tos, el estornudo y el picor de garganta; pero luego hay síntomas más graves como son la pérdida de la respiración y la pérdida del sentido del olfato, que nos hacen saber que los síntomas pueden ser muy variados. Como digo, es una enfermedad nueva y tenemos que ir conociendo desde el comportamiento que tiene el virus dentro del organismo, como los síntomas que se derivan, así como intentar identificar a los pacientes que tienen mayor riesgo de desarrollar una patología más grave, respecto a los que no.
-¿Cuánto tiempo cree que se tardará en encontrar la vacuna?
-Es difícil aventurarse a decir una fecha en concreto. En la ciencia todo lleva su tiempo, desde que se encuentra el prototipo de vacuna,hasta que se prueba si es efectiva o no y su seguridad. De la demostración de su efectividad hasta que se consiga distribuir, hay un proceso muy largo. Ahora mismo hay varios prototipos y se están empezando a probar algunos de ellos, pero pienso que en el caso más positivo no habrá una vacuna antes de un año. Es lo que me dice la experiencia con respecto a los procesos que se han seguido con otras vacunas, aunque con todos los investigadores estudiando el caso a marchas forzadas, quién sabe, quizás podamos tener resultados antes. También se está estudiando la forma de distribución y producción porque una cosa es descubrir la vacuna y otra producirla y distribuirla a grandes niveles.
-¿Cuándo cree que acabará la pandemia?
-Es una pregunta para la que aún no hay datos para aventurarnos a pensar cuando puede terminar, si bien hay algunos estudios que indican que no va a ser algo que desaparezca de forma rápida. Algunos estudios vaticinan que la pandemia va a estar con nosotros entorno a dos o tres años. Un aspecto importante a la hora de saber cuando acabará la pandemia es ver si conseguimos la vacuna en tiempo récord, porque desde el momento en que inmunicemos a la población el virus dejará de afectarnos. También es cierto que dependerá de las políticas que haga el Gobierno. Si las medidas son estrictas y cautas, conseguiremos mantener un bajo nivel de infectados y esto hará que la pandemia desaparezca.
-Pero, ¿serán dos o tres años confinados?
–Se barajan muchas opciones: una de ellas es la «oleada de confinamientos», es decir, que salgamos de un confinamiento un tiempo y cuando la cosa empiece a colapsar, volvamos a confinarnos, y así hasta que se encuentre una vacuna. Parece que en el día a día estamos consiguiendo que no haya tanta gente nueva con el virus pero no sabemos si la gente que ha pasado el virus va a ser realmente inmune a éste o va a volver a infectarse y si esto nos volverían a posicionar donde estábamos en un principio.
«La pandemia podría durar dos o tres años»
-¿Hay algún químico, como la lejía, que elimine al virus de las superficies?
-Por mucho que el virus pueda permanecer en la superficie de materiales por mucho tiempo, el peligro está en las manos. El tiempo que perdura el virus en los materiales es diferente. Hay que tener unas medidas de limpieza por supuesto, pero aunque tengas tu casa muy limpia, si sales a la calle y tocas el pomo del portal y te llevas las manos a la cara, te contagias igual.
-¿Geles hidroalcohólicos o lavarse las manos?
-Son los dos igualmente efectivos. Es algo de lo que la gente no tiene porqué preocuparse.


-¿Lavarse las manos o ponerse guantes?
-El tema de ponerse guantes es delicado, porque en ponerte guantes no está la solución. Si tú te pones guantes pero te rascas la nariz o te tocas la boca, es exactamente lo mismo que si no te los pusieras. La idea principal y más efectiva es lavarse bien las manos.
-¿Qué mensaje lanzaría?
-Todos debemos seguir las normas y recomendaciones que nos están haciendo bajar la curva y no podemos relajarnos. Sobre todo tenemos que tener conciencia que cuando empiece el desescalamiento y volvamos a salir a las calles, tenemos que ser muy conscientes de que el riesgo todavía está ahí. Distancia social, lavado de manos, cumplir las normas y no relajarnos. Espero que la pandemia haga cambiar las políticas a los gobiernos y decidan invertir más en ciencia para ser capaces de resolver los problemas de salud de manera más eficaz y generar riqueza.