LAURA MARTÍN – INSITU DIARIO
Tras la crisis sanitaria muchos locales del centro han reabierto, con limitaciones y medidas de higiene mayores.
Algunas de las tiendas clásicas de ropa del centro cuentan cómo han vivido su situación durante la pandemia y cómo la están viviendo ahora que han abierto nuevamente sus locales.
Carmelina, una de las tiendas más veteranas de la Plaza San Miguel reconoce que ha habido algunos cambios, aunque está muy sorprendida puesto que «las ventas no han bajado tras la aparición del Covid-19″.
Aunque afirma que sí han tenido «problemas con la mercancía de proveedores debido a las grandes medidas de higiene que hay».
Reconoce que ha devuelto «la mayoría de los productos de la temporada pasada y la otra parte los ha guardado para el año que viene» por ser prendas de continuidad.
En cuanto a las medidas de seguridad en el interior de su tienda no está permitido el acceso sin mascarillas, además de la limpieza con planchas de vapor de alta temperatura.
Por su parte Elena de la Parra, dueña de Capelina adelanta que «este año va a ser duro» puesto que sus ventas son principalmente tocados y vestido para eventos y los nuevos productos que ha traído son para rebajas lo que le va a dejar de beneficio muy poco.
En cuanto a los proveedores, «los problemas de reposición han sido mínimos y sus medidas de higiene son en primer lugar mascarillas por parte de todos los clientes y desinfección de probadores y de ropa cada vez que algún cliente haga uso de ellos».
Noelia Cáceres García dueña de Cocolé, tienda situada en San Miguel asegura, como sus vecinos de comercio que «la gente ha seguido comprando tras la reapertura» y que no ha tenido problema de clientela aunque sí de reposición debido al cierre de fronteras y de controles en ciudades y carreteras.
Las medidas de seguridad son obligatorias mascarillas y la reposición continua de geles hidroalcohólicos. Los probadores los limpia cada vez que se usan y la ropa es desinfectada con planchas de calor (90º).
BNK abrió el mismo día que tuvo que cerrar por la declaración del estado de alarma y se quedó con toda la mercancía de temporada guardada, aunque no ha sido negativo puesto que la decoración no pasa de moda tan rápido como la ropa en que el cambio de temporada es más evidente y claro.
Tras su reapertura ha tenido una gran aceptación y algunos de los productos más vendidos son de inspiración veraniega y con una magnífica relación calidad-precio.