Los estragos de la primera línea de batalla

    En Córdoba se han contagiado 474 sanitarios, el 29% del total

    Médico realizando pruebas. Foto: RAM
    Médico realizando pruebas. Foto: RAM

    LAURA GARCÍA – INSITU DIARIO

    Cada vez se oyen menos aplausos a las ocho de la tarde y también durante menos tiempo. La nueva normalidad parece sentirse más cerca a medida que pasan los días. Reabren bares y comercios, aunque con cautela. Sin embargo, los que han estado en primera línea de este tsunami seguirán con la guardia alta. Conocen a ciencia cierta lo que ha ocurrido y también serán los que volverán a cargar con cualquier paso en falso. Son los sanitarios de Atención Primaria, Urgencias y todos aquellos que han sido trasladados de sus funciones habituales de trabajo en hospitales para dedicarse a salvar los estragos de la pandemia a tiempo completo.

    La precaria situación en la que ya se encontraban los sanitarios de Atención Primaria en toda España antes de la llegada de la pandemia ha puesto en un brete al sistema sanitario. Las fisuras mal cosidas se han abierto y han dejado en evidencia la urgente necesidad de, como han repetido estos días varios políticos y agentes sociales, “blindar la Sanidad en España”. Pero esa necesidad viene de lejos. En Córdoba, la situación de la Atención Primaria ya era crítica, con una media de edad en el personal sanitario muy avanzada y unas bajas que no se cubrían nunca al completo. Según José Juan Fernández, secretario de Salud del Sindicato de Unión General de Trabajadores (UGT) en Córdoba, esto genera “una fuga de profesionales a otros lugares donde les ofrecen esas plazas y mejores condiciones.”

    Córdoba, segunda provincia con menos sanitarios contratados para Covid-19 de Andalucía

    La cifra de contrataciones en Córdoba desde el inicio de la pandemia ha sido de 365, un número “mejorable”, según Fernández, lo que convierte a Córdoba en la segunda provincia con menos contrataciones de Andalucía, frente a las 1.183 de Granada o las 1.032 de Sevilla. Una cifra aproximada es la que pide el Sindicato de Enfermería para que estas contrataciones no sean solo “un parche temporal”: reclaman la incorporación de 326 enfermeros/as durante la desescalada. Para ello habría dos vías: la contratación de interinos o la convocatoria de oposiciones.

    El Servicio Andaluz de Salud (SAS) está repleto de interinos con contratos de larga duración. Para acceder al mercado laboral a través de la Bolsa de Empleo, se utiliza un sistema de selección de personal fijado en criterios similares a los de oposición, aunque con baremos distintos. Se valora la capacidad, el mérito, la experiencia y la formación.

    No obstante, ahora mismo se encuentran activos tres concursos de oposición en el SAS: el de 2016, por tasa de reposición por fallecimiento- son plazas que ya se sacaron, examinaron y están culminando su proceso todavía-, otra convocatoria de concurso oposición fijada por los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2017, después de que se estableciera el excesivo número de interinos en algunos sectores sanitarios; y una última convocada, aunque sin fecha exacta de finalización en 2018, que aún no ha iniciado procedimiento. Hay una última prevista para 2020 en aras de cubrir los puestos de futuras jubilaciones. Un proceso “muy lento en Andalucía en comparación con otras comunidades”, según UGT.

    ¿Estamos preparados para un rebrote?

    Las nuevas contrataciones por Covid-19, a priori, iban a tener una duración de un mes, hasta abril. Después el plazo se amplió hasta junio y, finalmente, ahora el sindicato UGT está presionando para que esos contratos se mantengan durante todo lo que dure la emergencia sanitaria. La pregunta es si Córdoba estaría preparada, en cualquiera de los casos, para afrontar un nuevo rebrote.

    Este diario ya informó anteriormente de que Córdoba había pasado a la fase 1 cumpliendo la mayoría de los requisitos fijados en el BOE, pero no todos: la cantidad de camas disponibles por cada 10.000 habitantes era inferior a la demandada. Córdoba tiene 27 y el Gobierno establecía un mínimo de 37 camas. Es por ello que parece esencial la previsión de personal sanitario suficiente. La sensación dentro de los hospitales – en concreto del Reina Sofía- ha sido de control de la situación. “Estábamos todos los sanitarios de las plantas que se cerraron volcados en atender a los pacientes afectados por la pandemia, y además se hicieron contrataciones. Yo creo que sí ha habido personal suficiente”, asegura una de las enfermeras de planta Covid-19 trasladada tras el cierre de su unidad habitual en el Reina Sofía, que ha preferido no dar su nombre.

    Enfrentar la pandemia a pulmón

    En Andalucía, y en Córdoba en particular, los datos de contagio han permitido a los hospitales responder con relativa eficacia. “Creo que en Córdoba nos ha pillado más prevenidos porque hemos visto lo que estaba pasando en otras comunidades autónomas. En mi caso, nunca me ha faltado material sanitario, pero también yo llegué más tarde, no estaba en Urgencias, donde supongo que durante los primeros días hubo un poco más de caos”, relata la enfermera. Efectivamente, en Urgencias el panorama fue radicalmente distinto en los inicios. “Fue un desastre. Al inicio de la pandemia no se dotó a los sanitarios de material con la excusa de que no había stock de mascarilla, o guantes o absolutamente nada. Lo han enfrentado prácticamente a pulmón”, asegura Fernández, y va más allá en su queja, alegando que la realidad fue mucho más desconcertante al principio, cuando se produjeron “momentos muy penosos, llegando incluso prohibirles a los sanitarios que se pusieran mascarillas porque iban a alertar a la población”. El resultado: 474 trabajadores del sector sanitario contagiados -el 29% del total-. Esa cifra no solo la componen enfermeras y auxiliares -aunque son la mayoría- sino también médicos de familia, celadores, limpiadoras y gerentes de hospitales.

     La llegada del virus no dio margen para la preparación. Era complicado conocer con rigurosidad a qué se estaban enfrentando con exactitud, así que la dinámica “era muy estresante”, asegura esta enfermera, y relata que nadie les había explicado cómo usar todo el material sanitario nuevo, por lo que “se trataba de un bombardeo por WhatsApp diario con las directrices, porque nos vino todo muy a bocajarro y sin precedentes. No se podía hacer de otra forma”.

    Una mala gestión con consecuencias

    UGT, Satse y el Colegio de Enfermeros de Córdoba (CEC) están trabajando en la mejora de las condiciones sanitarias a todos los niveles territoriales. En los casos de UGT y CEC, ya han emprendido acciones legales contra la gestión de la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía y el Gobierno de España, respectivamente, por la gestión “nefasta” de la crisis sanitaria.“Hasta en siete ocasiones, la Consejería de Salud ha puesto en circulación mascarillas defectuosas”, asevera el secretario de Salud de UGT. Por su parte, en Satse han impulsado una Proposición de Ley de Seguridad del Paciente, que está pendiente de debate en el Congreso de los Diputados y que pretende asegurar un máximo de mil pacientes por sanitario- actualmente, cada sanitario puede llegar a copar la demanda de hasta 1.900 pacientes-.