REDACCIÓN – INSITU DIARIO
Con la temida crisis que asola el país, y la cantidad de negocios que tiritan ante la posible caída de la economía, destaca un sector que, lejos de menguar, ha crecido más si cabe.
Ángel y David, trabajadores de la archiconocida compañía Amazon, explican a Insitu Diario las diferencias existentes en el antes y el después de una empresa que no descansa.
Antes de la pandemia, el protocolo diario en la empresa era realmente sencillo, comenta Ángel. Llegar, cargar paquetes y «a repartir». Cada uno llevaba una ruta, con un tiempo de trabajo y una cantidad concreta de paquetes a entregar. Según relatan, en las casas, el trato con el cliente era simple y natural. Pero la situación actual difiere mucho de lo que conocían.
Desde que se decretó el confinamiento, las medidas que estos jóvenes viven en su rutina de trabajo van desde toallitas y productos para desinfectar las furgonetas a distanciamiento con los clientes y uso de mascarillas y guantes. En la entrega directa de pedidos el protocolo es el siguiente: «tocar al timbre, depositar la entrega en el felpudo y distanciarse al menos dos metros. Una vez el cliente recoge el pedido, se le toma nota del nombre y nos vamos», apunta David. En algunos casos, el propio cliente pide que el pedido se deje en el ascensor para que el contacto con los repartidores sea nulo.
Con anterioridad, en algunos pedidos de mayor coste, estos repartidores utilizaban dispositivos digitales para grabar la firma del cliente, pero desde el decreto del estado de alarma se ha suprimido el uso de estos aparatos para garantizar la seguridad de los trabajadores.
Anotan también que en las propias naves las furgonetas se guardaban en tres filas esperando a ser cargadas por los empleados a su llegada, pero actualmente se ha reducido esa cantidad de filas a dos. La fila restante se deja en el exterior, a fin de que a la hora de ser cargadas haya el mayor distanciamiento posible entre los trabajadores.
La contratación de personal ha aumentado, ya que con el cierre de comercios y establecimientos la población está haciendo un mayor uso de las compras online, y por tanto, hay más número de paquetes para repartir. «Tenemos varios compañeros nuevos. Es una alegría que se esté generando empleo en un momento tan difícil como el que estamos viviendo en España», señala Ángel.
Los cordobeses, que se consideran afortunados por tener trabajo en estos momentos, concluyen con el deseo de que, cuando todo esto acabe, no decaiga este sector que está dando trabajo a tantas personas.