«Vanguardia, evolución, familia, respeto, raíces y esencia», son algunos de los muchos sinónimos de Andalucía. Orgullo es cuando la sangre andaluza corre por las venas, sin embargo, no todo es jolgorio y algarabía en esta tierra. Nacer en la región andaluza también conlleva discriminación y diferentes obstáculos que superar para saborear la vida. Algazara es un movimiento compuesto por 19 jóvenes artistas de Córdoba. Su nombre hace mención al ruido, «el griterío de muchas personas que nace de la alegría, aunque también puede venir del ruido de una pelea», asegura Almudena Castillejo. Ella junto a tres de sus compañeros, Clara Gómez, Niño Rubén y Rafael Ríos; celebran el 28 de febrero, para reivindicar los valores, las tradiciones y el poderío de su tierra en el Patio de la Judería, un restaurante con tablao flamenco único enclavado en la Judería de Córdoba para disfrutar del Día de Andalucía. Dar el lugar que se merecen los pueblos y luchar contra la apropiación cultural son otros de los motivos de estos artistas, porque «no somos tradición, somos evolución».
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Charla-coloquio con componentes de Algazara sobre el andalucismo y el arte
Reportaje gráfico: RAM
¿Quiénes son?
Almudena Castillejo (Córdoba, 1987)
«Necesitamos hacer llegar al pueblo andaluz su historia para reconocerse en el espejo». Es el mensaje por el 28 de febrero de Almudena Castillejo (Córdoba, 1987), artista plástica: Pintora, ilustradora y muralista. Para ella, «un pueblo que no se reconoce su historia es un pueblo perdido».
«Un pueblo que no se reconoce su historia es un pueblo perdido»
Niño Rubén (Doña Mencía, 1997)
Por su parte, Rubén Jiménez (conocido como Niño Rubén) ha nacido en 1997 en Doña Mencía y está afincado en Lucena. Se trata del único fagotista flamenco a nivel mundial. El mensaje lo tiene claro: «El respeto entre artistas de Andalucía, tanto fuera como dentro de nuestras fronteras. Ante todo somos personas y la admiración entre nosotros es lo primero».
«Ante todo somos personas»
Clara Gómez (Villaviciosa de Córdoba, 1990)
Artista plástica y exploradora. A Clara Gómez Campos (Villaviciosa de Córdoba, 1990) el salmorejo le sale de «escándalo». Su mensaje para el Día de Andalucía es «reivindicar que todos se sientan orgullosos de sus tradiciones y que hagan bandera de ellas». Y que nadie se olvide de «desayunar pan con aceite».
«que todos se sientan orgullosos de sus tradiciones»
Rafael Ríos (Aguilar de la Frontera, 1995)
Rafael Ríos (Aguilar de la Frontera, 1995), fotógrafo y director creativo de Dildo con bigote, aprovecha esta jornada para celebrar, pero también recuperar lo andaluz y protestar por «la apropiación de la cultura y los iconos andaluces fuera de nuestra tierra». Asimismo, reivindica «la lucha y la defensa de nuestras tradiciones».
«La lucha y la defensa de nuestras tradiciones»
¿Qué significa ser andaluz?
Para Rafael es «un sentimiento» y añade que «no solo es nacer en un territorio determinado sino el sentir unas raíces, una tradición, sentir esta matria como una familia, unión, progreso y sentirte orgulloso de lo que eres».
Clara comparte la definición de su compañero y explica que «va más allá de haber nacido en Andalucía, porque muchos han nacido aquí y no se consideran andaluces, no defienden Andalucía». Desde Algazara defienden su tierra y «nuestras tradiciones las llevamos por bandera, estamos orgullosos de lo que somos«.
Por su parte, Rubén añade quue «es una manera de vivir y de ver la vida, de disfrutar, de no tomarse la vida como un mero trabajo y aprovechar el tiempo, las fiestas: es una manera de ver la vida«. Al escuchar a sus colegas, Almudena resumido las palabras de todos ellos: «Andalucía es nuestro ADN, es nuestra casa».
«Andalucía es nuestro ADN»


¿Dónde se palpa el acento andaluz?
«Hasta en las manos, los gestos, los ojos, la manera en que miramos«, explican en consenso repentino. «El brillo de la mirada no se puede operar decía Lola Flores», apunta Rafael y profundiza en que «los andaluces tenemos eso, la mirada, es otra esencia».
A pesar de la diversidad de acentos en cada rincón de Andalucía, «se engloba todo en el andaluz y esa es la verdadera grandeza que tenemos», continua Rubén.
También es ser andaluz se palpa «en la manera en que afrontamos la vida, la actitud». Almudena cree que la mejor arma del andaluz es la alegría y, no menos importante, «la manera de cambiar la tristeza». Por ejemplo, «siento una pena, pero te la canto; siento un dolor y te lo bailo».
«Siento una pena, pero te la canto; siento un dolor y te lo bailo»


¿Arte hecho en Andalucía?
Ya sea en fotografía, música, pintura, ilustración, cerámica, poesía… las distintas ramas artísticas con las que trabajan los componentes de Algazara «está plagado de nuestras raíces porque no podemos dejar de ser lo que somos«, explica Clara.
Igualmente, para Rafa se hace de «manera inconsciente». Para él, es importante que sus raíces se vean reflejadas y se pueda tocar con la yema de los dedos «lo que hemos vivido». El trasfondo, el concepto interno y las connotaciones llevan un «sello andaluz, la esencia de lo vivido».
Clara también ha querido recordar que «todos hemos tenido un periodo en el que renegábamos de nuestras raíces«, un periodo que es «la adolescencia», según Almudena. Una etapa que su generación ha vivido con las influencias de la televisión, el cine y unas «influencias americanas bestiales», explica la artista.
«Lo americano era lo cool y nosotros, como andaluces, hemos crecido como niños vagos, analfabetos y demostrando que no lo somos, apartándonos de nuestro acento para que no dijeran lo que soy y de donde vengo», aclara.
«Los andaluces hemos crecido como niños vagos, analfabetos y demostrando que no lo somos»




Una situación crítica que se ha visto empeorada por el cine español. «Los andaluces eran siempre la limpiadora, el gracioso o cualquier personaje que descalificaba y situaba en un rango inferior«, ahonda Rafael.
A pesar de amar el hogar, la tierra, la familia y las tradiciones, todo ello, «esa mezcla del rechazo» ha provocado un «escúchame, hasta aquí», muestra firme Almudena. No obstante, cuando sales de Andalucía, «lo echas de menos», asegura Rubén.
Discriminados por ser andaluces
Respuesta unánime. «Sí, muchísimo». Una exclusión que se puede agravar si eres mujer. «Ser mujer y andaluza tiene aún más connotaciones para defender tu trabajo. Nos cuesta que nos tomen en serio», denuncia Almudena.
«Nos cuesta que nos tomen en serio»


Andaluces que inspiran
Para Almudena, algunas figuras inspiradoras serían Antonio Manuel y Juan Carlos. Rubén añade los artistas de Enrique Morente y Juan Peña El Lebrijano. No se deben olvidar los cordobeses Gata Cattana y Julio Romero de Torres, recuerda Clara y Rafa añade el toque folclórico, presente y pasado, con Volante de la Puebla y Lola Flores.
¿Cordobesa o andaluza?
Aunque Almudena se siente cordobesa y su casa está en Córdoba, «mi matria es Andalucía». Para ella, ver a un sevillano o un almeriense no es diferentes, «somos como hermanos«. Otro «andaluz totalmente» es Rafael. Mayo en Córdoba es «gloria bendita», al igual que un febrero en Cádiz y comer pescaito frito en Málaga.
A Rubén le ocurre una situación parecida; ha nacido en Doña Mencía, sin embargo ha vivido en Lucena, Sevilla y en Granada, por lo tanto, «yo me considero andaluz». Además, destaca de la comunidad autonóma que «es una tierra que, siempre que viene gente, la acogemos y no pone fronteras«, algo
Clara es contraria en este sentido. «Yo me siento más cordobesa». Asimismo, hace un alegato de los que son de pueblo y explica que «nunca he vivido allí, pero soy de Villaviciosa, soy corchúa y estoy muy unida a mi pueblo«. Los valores, el poder y potencial que concentran los pueblos de la provincia son únicos para esta artista.
Los pueblos
¿Difiere haber nacido en la capital que en un pueblo? «Por supuestísimo, quién diga que no es que no conoce los contextos de los pueblos», explican. Asimismo añaden que nacer en un pueblo «te puede condicionar muchísimo«.
La cultura, la convivencia… Para Almudena «la historia se concentra en los pueblos«. Por esa razón hay que «nutrirse de las personas que viven en ellos, porque los pueblos hacen que la cultura esté aún más presente hoy en día». Ejemplo de ello es la artesanía que «se sobreguarda mayoritariamente en los pueblos» y también el «ser más sostenible, el pequeño comercio». Sin embargo, no todo es jolgorio y algarabía, «los pueblos se están quedando vacíos y me da muchísima pena», lamenta Clara.
«Los pueblos se están quedando vacíos»

