Toñi Romero, de Plan-T: «El mundo del vino ha evolucionado y se ha abierto a la mujer»

Es una pionera en la distribución de referencias de pequeñas y selectas bodegas a la hostelería cordobesa, con clientes tan reconocidos como El Churrasco, Garum o Choco

REDACCIÓN-INSITU 12:08

Toñi Romero es la auténtica señora del vino en Córdoba. Los restauradores más prestigiosos de la ciudad echan mano de su distribuidora, bautizada como Plan-T, tan exclusiva en su selección para conocer y adquirir auténticas joyas nacidas en las viñas de toda España.

Restaurantes como ReComiendo, Choco, Amaltea, Pic-Nic, El Churrasco y un largo etcétera guardan con celo las referencias provenientes de su pequeño almacén. Y en La Vinoteca de Mercado Victoria es posible degustar lo mejor de cada región del país. Al igual que en Ostras & Mallorca, del mismo espacio gastronómico, donde siempre aguarda un buen cava.

_ Lleva 30 años vendiendo vino, ¿ser mujer supuso una desventaja?

_ Al principio fue muy duro. Yo creo que fui la primera mujer que vendió vinos en Córdoba a la hostelería. Nadie entendía que yo podía vender vinos, pues venía de distribuir quesos y leche. Pero tuve que claro que me gustaba vender. Además, el mundo del vino me conquistó y decidí dedicarme a él, a pesar de que el entorno de la hostelería estaba muy cerrado y era eminentemente masculino. No obstante, el mundo del vino ha evolucionado y se ha abierto a la mujer.

_ ¿Qué balance hace de media vida enseñando a Córdoba a beber bien?

_ La verdad es que me siento afortunada. Soy muy constante y cuido mucho de mis clientes, y eso se traduce en que he logrado fidelizarlos. Me gusta que estén contentos.

_ ¿Por qué le gusta trabajar con bodegas pequeñas?

_ Me gustan esas bodegas familiares, donde se trabaja con mimo, y que no llevan a cabo una producción masiva. Además, nuestro almacén es pequeño y cuando trabajas con grandes bodegas debes comprar también cantidades mayores. También para mí, cuando monté Plan-T, era fundamental seguir contando con bodegueros y enólogos a los que ya conocía y que son un pilar fundamental en mi trabajo.

«Me gustan esas bodegas familiares, donde se trabaja con mimo, y que no llevan a cabo una producción masiva»

_ ¿Qué ‘joyitas’ enológicas ha encontrado por el camino?

_ Pues, por ejemplo, gracias a Juan Luis Santiago (chef de Garum) conocí Bodegas Luis Pérez (Cádiz). Y como yo soy un poco atrevida pues aposté por él. De Ronda tengo una bodega magnífica, que se llama La Melonera y que elabora La Encina del Inglés y Payoya Negra. También me encanta La Celestina, un gran tinto crianza producido por Dominio de Atauta (Ribera del Duero), que resulta fino, elegante, completo y maduro.

_ ¿También hay modas en el consumo de vino?

_ Pues, mira, el consumo de tinto de Rioja y Ribera es inamovible aún. No obstante, tengo clientes que apuestan por vinos diferentes como ReComiendo. Su chef, Periko Ortega tiene un paladar magnífico. Es el que más se atreve y sabe.

También innova constantemente Raquel Pascual, dueña de Amaltea. Ella fue mi clienta número uno porque creyó en mis vinos la primera. En la misma zona de la Ribera también está Adrián Caballero, en Regadera, que consume muchos de mis vino andaluces. Luego tenemos a clientes más clásicos en sus elecciones como El Churrasco.

_ ¿Piensa que hay un vino para cada edad?

_ No. A la gente que le gusta el vino, se inicia con uno y luego va ampliando su carta de favoritos. Va buscando algo más y abre horizontes. Por el contrario, a quien no le guste el vino, va a quedarse con los primeros que pruebe y no va a investigar más-

«El consumo de tinto de Rioja y Ribera es inamovible aún en la hostelería cordobesa»

_ ¿Una buena comida puede mejorar a un vino?

_ Más que la comida lo que más influye en la valoración final es una buena compañía y una temperatura que te guste.

_ ¿Saber mucho de vino incrementa el disfrute de consumo?

_ No necesariamente. Hay gente que cuanto más sabe de vino menos disfruta. Tampoco el precio es determinante: lo caro que resulta un vino es lo que puedas pagar por él. Evidentemente cuenta el poder adquisitivo pero igualmente importante es tu escala de prioridades a la hora de gastarte una suma.