La esperanza de la libertad

El sol ha iluminado una ciudad vacía. La gente continúa en sus casas como si de prisioneros se tratase. De vez en cuando salen al balcón para sentir la libertad. Envidian a los pájaros que recorren Córdoba sin ningún tipo de impedimento, y que observan desde lo alto a aquellas personas que salen esporádicamente a comprar. Mientras tanto, algunos héroes sin capa continúan arriesgando su salud para preservar la de otros. Siguen trabajando. Reparten comida o abren farmacias.

De una semana a otra, lo normal se ha convertido en lo inusual. Ahora lo raro es ver gente sin mascarilla caminando por la calle. Pasan al lado de personas sin hogar a las que ni siquiera ven, parece que llevasen una capa invisible, pero que continúan con la esperanza de recibir alguna moneda en una ciudad fantasma.

Ana María Barbero