El Día de Todos los Santos, como es tradición en España, se van a los cementerios para honrar la memoria de los seres queridos que nos dejaron, ponerle flores y limpiar sus tumbas o nichos, por eso cuando llega el 1 de noviembre todo el mundo se prepara para la festividad y recordar que aunque no estén con nosotros, siempre los recordaremos.
Llegando esta festividad a Córdoba se llena de aromas y dulces tradicionales, por eso es muy típico la elaboración de los buñuelos de viento, una masa hecha a base de harina, levadura, agua, azúcar, mantequilla y huevos. Se fríen en aceite abundante y pueden ir rellenos tanto de dulce como salado o solos.
Seguimos con la doblaíta, un dulce que se consumen en meriendas o desayunos y que antiguamente se elaboraba en casa. Hoy en día lo podemos comprar en cualquier obrador o panadería. Asimismo, es el dulce típico de La Victoria o Fernán Núñez, esta hecho con azúcar, batata, agua y canela en rama.
Otro de los dulces que se consume en esta festividad son los huesos de santo, que es una pasta hecha con agua, azúcar glass, almendras molidas, azúcar refinada y yemas de huevo, pueden encontrarse en las pastelerías entre finales de octubre y comienzos de noviembre con motivo de la celebración de todos los santos.
Por último, no nos podemos olvidar de las famosísimas gachas dulces que a todo el mundo gusta. Sin duda, el postre que no falta en ningún hogar. Consiste harina de trigo tostada cocida con un poco de leche y azúcar y aromatizada con canela o ralladura de limón o naranja. Se sirve en el desayuno, con un poco de pan del día anterior frito por encima. En varias zonas recibe otro nombre.
Durante estos días todos los escaparate de supermercados o panaderías se llenan de estos postres o dulces que se realizan para esta festividad tan conocida.
Melissa M.