REDACCIÓN-INSITU DIARIO
La realidad se impone y tanto la capital como la provincia están destinadas a convertirse en un reducto de talento gastronómico a nivel nacional. De pueblos como Villaharta, Pozoblanco, Puente Genil, La Rambla o Espiel han salido algunos de los chefs más prometedores del panorama actual y que seguramente darán muchos momentos de gloria a la cocina cordobesa.


Algunos decidieron trasladarse a la ciudad para perseguir su sueño pero otros optaron por abrir su propio proyecto en su lugar de origen. Ese es el caso de Alfredo Dueñas, creador de Restobar, en la localidad de Pozoblanco. Un apasionado de las materias primas de la tierra, como las mejores piezas del cerdo ibérico del Valle de Los Pedroches, y que fusiona como pocos tradición e innovación sobre el plato. Es capaz de hacer de un pintxo alta cocina en pequeño formato echando mano de la mejor de un toque de creatividad serrana.


En la misma localidad, le reta en delicioso duelo, Carlos Fernández, de Kàran Bistró. Un chef delicado como pocos a la hora ‘dibujar’ la receta sobre el plato. Convierte cualquier ingrediente en un bocado impecable. Uno de sus puntos fuertes es la manera de trabajar con las verduras y de conferirles nobleza, a la misma altura de una buena carne o un fresquísimo pescado de nuestras costas.


El Balneario Aguas de Villaharta alberga uno de los restaurantes con más encanto de la provincia: Hierro. El responsable de su carta no es otro que Máximo Doval del Rey. La propuesta gastronómica es un justo homenaje a platos, sabores y sensaciones de la cocina de antaño pero reinterpretada en pleno siglo XXI. Además, es uno de los establecimientos de la provincia en los que se disfruta por partida doble. No sólo se mima al paladar sino a la vista, y en general a los cinco sentidos en un espacio pleno de luz y de colorido, con decoración sencilla que mantiene la estética clásica de las casas de campo andaluzas antiguas.


Alma Ezequiel Montilla es el restaurante de Puente Genil que está poniendo patas arriba conceptos de la cocina tradicional de la zona, gracias a la visión valiente y cosmopolita de su chef, Ezequiel Montilla. Su pasión por Marruecos y su ambición (bien entendida) por ir siempre un paso más allá, ha convertido su carta -en constante evolución- en una suculenta vuelta alrededor de ‘su’ mundo.


En La Rambla encontramos Taberna Gastronómica La Cepa, de Rafael García. Cinco años después de su inauguración sigue apostando por una cocina de mercado, elaborada con productos de cercanía y materias primas sin tacha alguna. Sus platos, plenos de contrastes, rememoran sabores familiares, a la vez que sorprenden por su originalidad. Abanderados de la memoria de las emociones y del paladar, combinan sus creaciones con una carta de vinos más que completa.


Otra parada obligatoria es Casa Tala, en el pueblo de Espiel. Este negocio familiar, ahora bajo la batuta de José Luis Márquez como jefe cocina ha sabido adaptarse a las tendencias de la gastronomía tanto en la forma como en el fondo. Sin perder de vista las elaboraciones propias del pueblo, se han lanzado al empleo de técnicas de última generación. Dominan por igual carnes (incluida la de caza) y pescados y sus postres caseros ¡son un pecado!