Alba Jurado, psicóloga infantil: «El aprendizaje en los niños se ha visto afectado por el uso de la mascarilla»

La especialista del Hospital Quironsalud Córdoba hace un repaso por las principales consecuencias de la pandemia en la salud mental de los más pequeños

Con la idea de la retirada de mascarillas en interiores sobrevolando la mesa del comité de expertos, Alba Jurado, psicóloga infantil del Hospital Quironsalud Córdoba nos adelanta cómo debería ser esa vuelta a la normalidad apoyándose en la gestión de la emociones.

_ ¿Cuáles han sido las principales consecuencias psicológicas de la pandemia en los niños?

_ Parece ser que 1 de cada 4 niños que ha sufrido confinamiento por Covid-19 presenta síntomas depresivos y/o trastornos de ansiedad.

Se han incrementado las consultas por síntomas de tipo obsesivo compulsivo, depresión, somatizaciones, trastornos de la conducta alimentaria y adicción a los dispositivos electrónicos. Éstos se dan como resultado del estrés y de la incertidumbre vivida.

En septiembre de 2020, con la vuelta a los colegios, se evidenció el malestar psicológico que estaban experimentando los niños. Para hacer frente al mismo, los más pequeños pusieron en marcha mecanismos de autoregulación emocional que, en estos casos, resultan dañinos y desembocan en una psico-patología.

_ ¿Cómo han incidido los protocolos sanitarios en la socialización de los niños?

_ Dependiendo de cada familia. Nos hemos encontrado con niños que no han retomado el contacto social en los dos últimos años.

Aquí inciden variables como el nivel sociocultural de la familia, el nivel de ansiedad y estrés de los padres con esta vuelta a la normalidad; la mayor o menor red social a la que tenga acceso la familia, etc. Sabemos que la deprivación social afecta negativamente al desarrollo de los niños, en la formación de sus habilidades cognitivas, físicas y sociales.

Además, suplen esta falta de contacto social por la vía digital, con lo que aumenta la exposición a los redes sociales y a los juegos online, con los riesgos que esto supone.

Hay que reflexionar sobre la responsabilidad que tenemos los adultos de favorecer la vuelta a la normal socialización de los niños facilitándole encuentros con sus iguales y con los familiares.

«1 de cada 4 niños que ha sufrido confinamiento por Covid-19 presenta síntomas depresivos y/o trastornos de ansiedad»

_ ¿Cómo ha influido la mascarilla en el aprendizaje de los niños más pequeños?

_ El aprendizaje es un proceso en el que interfieren las emociones. Y éstas se trasmiten también a nivel no verbal. Cuando los niños aprenden a hablar o a escribir, los peques miran mucho la boca de los adultos, y al estar tapada el aprendizaje se ha visto afectado en la medida en que se afecta la comunicación no verbal y las emociones.

Foto: Rocío Górriz Comunicación

Vuelta a la normalidad

_ Tras el confinamiento, algunos niños desarrollaron miedo a salir a la
calle ¿Cómo podemos erradicarlo?

_ Estos niños son pocos. Sin embargo, han aflorado otros miedos a tocar
cosas, a acercarse a otros niños, a quitarse la mascarilla como consecuencia
del malestar psicológico que han experimentado durante todo este tiempo.

En algunos casos son miedos pequeños y que remiten con una correcta
actuación de los adultos de su entorno. Y en otros se trata de fobias
específicas más complejas. En ambos casos lo ideal es pedir ayuda profesional
tanto para recibir un asesoramiento como para comenzar una terapia psicológica.

«Suplen esta falta de contacto social por la vía digital, con lo que aumenta la exposición a los redes sociales y a los juegos online, con los riesgos que esto supone»

_ ¿Cómo podemos ayudar a los niños a identificar sus emociones?

_ Lo más importante es validarlas: dar importancia a lo que sienten y no
minimizar sus emociones, ni sus sentimientos de pérdida provocados por la
pandemia.

Debemos fomentar un clima de confianza y de escucha activa: cuando nos cuenten algo
no debemos darles una solución inmediata sin recabar toda la información posible
al respecto.

Hay que promover espacios lúdicos y artísticos para fomentar la expresión y
elaboración de las emociones, ya que sabemos que éstas no sólo se expresan
hablando.

Los adultos tienen que establecer y sistematizar los límites y las normas, que ayudan a regular la
vida cotidiana y establecer las rutinas que tanto les benefician en su
desarrollo. Y controlar las propias emociones: transmitirles que tenemos capacidad de
contención de sus emociones y de la situación es el mejor escenario para que se
expresen y podamos ayudarlos.

_ ¿Qué pautas deberemos seguir para que se familiaricen con la retirada de mascarillas y el contacto entre iguales?

_ Transmitiéndoles control, seguridad y confianza. Si los niños perciben que sus padres y educadores están plenamente convencidos de que esta relajación de la medida es segura, no tendrán problema en adaptarse a la nueva realidad de una forma correcta, siempre que no haya una psicología previa.

Rocío Górriz