REDACCIÓN-INSITU
Fue una grave enfermedad la que lo llevó a tomar conciencia sobre su cuerpo y la alimentación como mejor medicina. Hoy, a sus 28 años, el dietista Jesús Fernández Reyes, vegano convencido, afirma estar siempre «lleno de energía» y desde su consulta de Calle Hermano Juan Fernández,29, pretende no sólo que las personas que recurran a él pierdan peso o quepan en una talla sino que «estén sanos y tengan confianza en sí mismos».
_ ¿Cuál es la clave para obtener resultados óptimos?
_ No es algo que se consiga en un día. Se trata de trabajar y, sobre todo, de tener constancia. No vale llevar una alimentación saludable de lunes a viernes y luego echarlo todo a perder durante el fin de semana. Intento hacer entender a mis clientes que esto es una forma de vida.
_ ¿Qué es lo que más les sorprende de su método?
_ Pues el hecho de que pueden llegar a los objetivos sin pesar la comida o saliendo a comer fuera y alimentándose correctamente. Yo no pretendo que se pongan a dieta sino que aprendan a comer bien, que lleven una vida saludable. ¡Somos lo que comemos!
Lo que hago cuando trato a una persona por primera vez es preguntarle acerca de sus gustos, hábitos, tiempo disponible… para elaborar un programa lo más cercano a su rutina diaria.
«No hace falta ir al gimnasio pero siempre aconsejo hacer ejercicio físico, ya sea en casa o al aire libre (andar, correr, nadar, montar en bici…)»
_ ¿Y se puede estar en forma sin necesidad de machacarse en un gimnasio?
_ Por supuesto. No hace falta ir al gimnasio pero siempre aconsejo hacer ejercicio físico, ya sea en casa o al aire libre (andar, correr, nadar, montar en bici…). La mejor terapia es caminar porque te oxigena mucho y hace que pienses en positivo. Además, terminas con la sensación de haber completado esa caminata.
_ ¿Perder peso equivale a perder grasa?
_ No exactamente. Hay veces que incluso subiendo algo de peso por cuestiones hormonales, retención de líquidos, etc, sigues perdiendo grasa. Y eso es lo importante porque es fundamental para reducir volumen.


_ ¿Hay alimentos prohibidos?
_ Sí, los fritos (y las consiguientes grasas saturadas), los ultraprocesados y los azúcares simples (como la bollería industrial). Por supuesto, aunque yo intente que el paciente los reduzca al máximo, puede consumirlos muy puntualmente y de vez en cuando siempre y cuando el resto del tiempo lleve una buena alimentación y cumpla con unos mínimos de ejercicio físico.
_ ¿Y cómo podemos calmar los antojitos dulces?
_ Yo siempre doy recetas e ideas para que la persona pueda calmar ese antojo sin recurrir a bollería, dulces, etc. Dándole el máximo sabor a la comida no tienes por qué echar mano de este grupo de alimentos tan poco recomendables.
_ Y la sal, ¿también debemos erradicarla?
_ Yo la sal nunca la quito. Evidentemente no puedo aconsejar que una persona sedentaria consuma la misma cantidad de sal que quien tiene una actividad física muy alta. Aún así recomiendo la sal rosa del Himalaya por ser la más alcalina y saludable. Al margen, hay que incorporar un equilibrio entre el agua y el sodio que consumes.
_ ¿Hay que ser vegano para estar sano?
_ No. Yo me decidí a a ser vegano porque tenía muchos problemas intestinales y me sentía muy cansado. También tomé la decisión tras ver varios documentales que mostraban cómo se obtiene la carne que consumimos. Lo único es que si vas a optar por una alimentación vegana, debes saber cómo combinar los nutrientes para no sufrir déficit de aminoácidos. Hay que suplementarse con vitamina B-12, Omega3, vitaminas… Lo más positivo que tiene ser vegano, aparte de lo bien que te sientes, es que como apenas ingieres grasas saturadas, te mejora mucho el sistema cardiovascular.
«Da igual el número de veces que comas al día. Lo importante es el número de calorías que consumes en total»
_ ¿Lo mejor es comer más veces al día pero en menor cantidad?
_ No, eso da igual. Lo importante es controlar el número de calorías que consumes en total. Yo, por eso, les insisto a quienes acuden a mí sobre el número de comidas que suelen hacer al día para que no tengan que modificar hábitos y les sea más llevadero. Además, yo me centro mucho en la cantidad que cada uno puede consumir según lo que su cuerpo gaste para que el organismo no tenga que hacer un esfuerzo extra a la hora de desechar lo que se come de más. No hay que comer cuando no apetece, sino compensar en el resto de comidas las necesidades calóricas.
_ Muchos dietistas eliminan los lácteos
_ Yo, no. Por ejemplo, no suprimo el queso siempre y cuando se tome con moderación. Además, ni siquiera lo recomiendo light. Prefiero que tomes un trocito del queso normal y lo disfrutes con su sabor pleno, a uno light, que haga que te confíes y acabes comiendo mucho más.
_ ¿Y qué hacemos con la ansiedad?
_ Si alguien viene con un problema de ansiedad que proyecta en la comida, lo primero que hay que hacer es aplicar la terapia correcta para eliminar esa ansiedad y la relación tóxica con la comida. Y una vez solventado este problema, procederemos a la consecución de objetivos o lo que es lo mismo, a que tenga el cuerpo que desea. A veces propongo el ayuno como terapia porque tiene muchos beneficios como nivelar los parámetros de insulina, reducir la ansiedad, liberar grasa…
_ ¿Y qué hay de verdad en los batidos detox o smoothies?
_ Yo nos lo suelo introducir en la dieta, a menos que el paciente los consumiera habitualmente antes y por supuesto la combinación fuese saludable.
_ Ahora en verano, ¿qué snacks podemos tomar sin poner kilos de más?
_ Si te apetece, puedes optar por queso fresco desnatado, una onza de chocolate puro, un polo, hortalizas crudas a trocitos (zanahoria, apio, pimiento, pepino o calabacín) y encurtidos como pepinillos o cebollitas.