A pesar de ser un proceso natural como la vida misma, no siempre es fácil llevar a cabo una lactancia natural, cómoda y exitosa.
Hablamos con Rosa Llamas, Coordinadora del Área Materno-Infantil del Hospital San Juan de Dios y directora de Comat Matronas, de las principales cuestiones que pueden dificultar el proceso.
Una de las cuestiones que más inquieta a las mamás son las temidas grietas en los pezones. Llamas explica: «Es una herida que hay que curar en segunda intención. No debemos tratarla como una herida normal y que te quede costra. Hay que evitarla porque el niño debe seguir mamando».
Sin embargo, la solución es relativamente sencilla: «Lo que cicatriza una grieta producida por una malposición del paladar del bebé es, primeramente, corregir la postura y aplicar un aceite muy untuoso de lanolina o vitamina E -que regenera esa mucosa que está todo el día húmeda-, subraya la matrona.
Continúa diciendo: «Cuando las grietas sangran, recomendamos la Cristalmina. Eso sí, hay que dejar unos minutos hasta que el bebé vuelva a prenderse o si no, limpiarla». Y advierte: «Aunque nos echemos Cristalmina, hay que continuar aplicándose el aceite porque la ésta genera costra».
No obstante, esta circunstancia puede requerir fórmulas adicionales: «Si la madre tiene mucho dolor, transitoriamente podemos poner pezoneras para que el agarre sea más fácil».
Soluciones previas
Entre los casos que llegan a la consulta de Rosa LLamas, también están las embarazadas con pezones invertidos.
¿Estas mujeres dar el pecho con normalidad? «Claro que sí», asegura la experta. Pero aconseja: «Si tienen idea de dar el pecho a su bebé, deben contactar con una consultora de lactancia previamente al parto. No hay problema para amamantar al bebé pero es necesaria esa información y preparación previa«.
En ese proceso deben contar con algunos instrumentos ad hoc: «En el mercado hay formadores de pezón y hay maneras de ir extrayéndose ese pezón para que poco a poco vaya saliendo y cuando llegue el bebé no sea tan violento».
A las futuras mamás también les roba el sueño la mastitis. Llamas hace referencia a sus posibles orígenes: «Se produce por una malposición del bebe, que hace que esa grieta produzca una infección. O también puede responder a agotamiento de la glándula mamaria o a una ingurgitación mamaria».
¿Cuál es el remedio? «La mastitis es una inflamación del conducto de la glándula mamaria. Lo mejor es aplicarle frío local y cualquier tipo de antiinflamatorio. O en caso de enrojecimiento de la zona o dolor excesivo, debido a una sobreinfección de bacterias intestinales, recurrir a prebióticos para reestablecer la flora bacteriana».
Mitos y leyendas
Y recalca tanto que «esa leche nunca está infectada con bacterias», como en caso de mastitis, «no se interrumpe la lactancia sino que hay que seguir trabajando bien esa mama (controlando el agarre y viendo la posición del bebé). Y si duele mucho, hay que vaciarla con el sacaleches».
Eso sí, no es raro que «el bebé pueda rechazar esa mama porque la inflamación produce un aumento de la concentración de sodio y el sabor de la leche puede cambiar».
Así que en este camino lo mejor es tener mucha información, asesoramiento y paciencia, pues la directora de Comat Matronas afirma que «la lactancia materna está aconsejada hasta los dos años de vida».
Pero insiste en que «todo lo que sea coger al bebé fomenta el vínculo afectivo con la madre, al margen del método de alimentación, ya sea lactancia materna o artificial».
Rocío Górriz/ Foto: RAM