En un pequeño rincón del centro de Córdoba se encuentra el paraíso del sexo en el que Mónica Baena abrió hace cinco años un centro de salud psicosexual Imbranatta. Aquí, la sexóloga imparte terapias sexuales, tanto de pareja como individuales dirigidas a aquellas personas que quieran abordar cualquier problema o duda de su vida sexual.
Además de su función de consulta, Imbranatta también funciona como parafarmacia sexual, en la que se venden toda clase de artilugios eróticos como juguetes, lencería, aceites… Sin embargo, Mónica no ha querido quedarse ahí y amplió sus servicios ofreciendo sanación psicoemocional, terapias alternativas y psicología holística.
No obstante, la sexóloga asegura que existe tabú alrededor de la sexualidad, ya que en sus terapias a la gente le cuesta entrar en confianza, pero Mónica asegura que todos tenemos los mismos problemas. Además, llega a afirmar que muchas amigas no tienen conversaciones sobre este tema entre ellas, lo que podría ser beneficioso para ambas. Por ello, anima a los cordobeses y cordobesas a acudir a terapia y profundizar en todo lo relativo al sexo, dejando atrás esa barrera que se alza en torno al tema, incluso a nivel nacional.
Así pues, Mónica se adapta también a las redes sociales en las que sube vídeos en los que informa acerca de las relaciones sexuales donde gracias a la pandemia y a la privacidad que se tiene a través de la pantalla, cuenta con gran aceptación.

Pregunta. ¿Cómo enfocas las terapias?, ¿Las dedicas a público femenino o masculino?
Respuesta. La terapias sexuales están casi todas enfocadas a la mujer, aunque también realizo terapias de pareja. Desde que yo empecé mi andadura profesional considero que las mujeres hemos arrastrado en temas sexuales muchísimos tabúes y nunca hemos llegado a disfrutar de una sexualidad plena y placentera, no solamente con un fin reproductivo.
Por otro lado, los tratamientos de sanación psicoemocional, que llevo con ellos desde el inicio de la pandemia, son exclusivamente para mujeres porque me gusta trabajar con ese público y me va muy bien.
P. ¿Son las cordobesas reacias a venir a este tipo de consultas relacionadas con el sexo?
R. En general, yo diría que tanto los cordobeses como las cordobesas. En el tema de la sexualidad las personas tratan de hacer ver desde fuera que no les llama la atención, sin embargo les interesa muchísimo.
En las redes sociales, por ejemplo, en las publicaciones sobre sexualidad que subo a mi cuenta lo veo muy reflejado, porque apenas tienen likes, sin embargo, gracias a una herramienta que utilizo para ver la interacción que ha tenido de forma interna, veo que su repercusión es sorprendente. En una publicación que tengo 100 o 200 likes, ha llegado a 2.000 o 3.000 personas. Así que, no lo hacemos público, pero de forma íntima sí que nos interesa. La sexualidad al fin y al cabo es algo que a todos nos importa.

P. ¿Cómo ha afectado la pandemia a tu negocio?
R. He tenido que ofrecer la opción de consulta online, aunque la gente sigue prefiriendo la opción «de cara a cara». La razón se debe a que trato un tema que es emocional por lo que la interacción en persona es mucho más efectiva que una pantalla, que es algo frío.
P. Aparte de a tu negocio, ¿cómo ha afectado el coronavirus a las relaciones sexuales?
R. Al principio de la pandemia el miedo era brutal y la gente no quería ni salir de casa, pero la cosa se fue «normalizando» me asaltaron las preguntas tanto en redes sociales como a través de mi teléfono sobre cómo afrontar el Covid-19 ante la sexualidad. La gente lleva tiempo sin tener ninguna relación sexual, encerrada en casa y subiéndose por las paredes por lo que enfrentarse a esta situación es muy complicado. Es decir, por mucha protección que lleguemos a usar, una relación sexual conlleva un intercambio de fluidos como mínimo.
Por fluidos no se contagia, pero simplemente con la respiración hay riesgo. Un encuentro sexual en el que haya que mantener una distancia de seguridad es casi inviable. Si realmente nos protegiéramos bien contra el Covid-19 sería una relación sexual muy muy muy fría, y es muy complicado tener relaciones sexuales que eviten el contagio.
«Bajo mi punto de vista no hay relaciones sexuales seguras en época de coronavirus»

P. También haces sesiones de reiki, ¿se han visto aumentadas estas consultas debido al estrés y la depresión generados por el estado de pandemia?
R. El bienestar emocional es algo de lo que llevo enamorada mucho tiempo y por eso elegí mi profesión. Muchas mujeres me planteaban que llegaban a casa cansadas, con muchos problemas y estrés porque la vida de la mujer desde hace un tiempo hasta ahora es más difícil de llevar que la de nuestras abuelas y antepasadas. Por ello, las clientas me planteaban: «Mónica llego a la cama y pienso en todo menos en lo que tengo que pensar y me cuesta muchísimo concentrarme». Se trata realmente de lo contrario de no concentrarse en tener sexo, sino de evadirse, dejarte llevar, explorar tus sentidos y disfrutar.
Ante estos niveles de estrés tan grandes me planteé ofrecer unas sesiones alternativas de reiki para ayudar a la relajación personal a que la mente se quede en blanco y relajarse. Entonces cuando yo tenía ya esto pensado el Covid-19 acrecentó este problema y cuando acabó el confinamiento puse esta terapia y el mismo día de poner el anuncio me hablaron unas 30 personas por lo que la gente ha necesitado en estos últimos meses ese momento de paz y de desconectar de todo.
P. Veo que tienes muchos artículos y juguetes sexuales. ¿Qué dirías del famoso satisfyer, se utiliza mucho?
R. Se utiliza muchísimo, ¿en qué casa española no hay un satisfyer?
Yo doy también muchos talleres y a la gente le encanta. Además, los aparatos mixtos ayudan mucho a la pareja. La gente se sorprende gratamente, porque solemos relacionar un artículo sexual a un juguete realista de mala calidad y no se imagina la cantidad de herramientas que hay hoy en día, además de que el mercado ha evolucionado muchísimo. Algunas de estas herramientas son muy útiles, pero no tienen por qué sustituir a las personas entonces creo que es un complemento súper interesante.
En los talleres mucha gente se pregunta cómo ha podido vivir tanto tiempo si usar juguetes sexuales, tanto satisfyer como otro tipo de artículos que no dejan de ser un complemento que ayuda a la pareja.

«Los artículos eróticos son como en la cocina preparar un arroz, lo puedes hacer blanco hervido o hacer un arroz con mucho cariño, ponerle distintos ingredientes, hacerlo con el fuego más lento, o añadir especias que hagan el sabor más intenso»
P. ¿Qué recomendarías a las personas que sienten pudor o vergüenza en cuanto al sexo?
R. Que pidan ayuda porque hay que ser conscientes de que la vida es una y creo que las circunstancias que estamos viviendo no está para perderse cosas. También que sean conscientes porque nos hemos criado en una educación en la que no se nos explica absolutamente nada de sexo para el disfrute, simplemente nos explican métodos anticonceptivos o enfermedades de transmisión sexual. Yo encuentro muchas personas y parejas en las que su sexualidad no funciona simplemente por desconocimiento, no hay más.
Belén Tobajas