J. Peña
Con las clases a la vuelta de la esquina, se está formando cada vez más revuelo con lo que va a suponer la vuelta a la normalidad, o más bien, a la «nueva normalidad» en el ámbito académico. En las aulas se puede respirar, dentro de lo dejan las mascarillas, un aire de preocupación y desasosiego por el impacto que puede suponer, por segundo año consecutivo, la pandemia de Covid-19 en el sistema educativo.
El 5 de agosto, la Consejería de Educación y Deporte publicó un Decálogo sobre el curso 2020/21, con todas las respuestas a las preguntas más comunes por parte tanto de padres como de alumnos o personal educativo. «Más que nunca es fundamental la coordinación de todos los agentes educativos, de las diferentes administraciones y de los distintos órganos docentes de todos los centros», aseguran.
«El Decálogo para la vuelta a la actividad lectiva presencial de la Consejería de Educación no ofrece seguridad pues no plantea medidas para garantizar el distanciamiento del alumnado, motivo por el que se le puede exigir a la Administración andaluza incluso responsabilidad legal”, comenta Diego Molina, Secretario General de la Federación de Enseñanza de CC.OO.
Sin embargo, el mayor problema que podemos encontrar actualmente en las actuaciones de la Junta es, sin duda, la inmediatez a la hora de actuar. Estando a 21 de agosto, aún no se han respondido todas las solicitudes y dudas sobre qué hacer en determinados casos. Por ejemplo, el Instituto Alhakén II ha publicado una carta, firmada por el propio director del centro, dirigida al Consejero de Educación. En este caso, el edificio no posee espacio físico para las medidas de seguridad estipuladas por el Ministerio.
Por ello, reclaman la iniciativa del horario partido, con un grupo que asista a clase de 8:30 a 11:30, y otro de 12:00 a 15:00 horas. Para evitar que se altere el programa educativo y, por consiguiente, el calendario, las clases serían grabadas y puestas a disposición del alumnado en la plataforma Moodle vía streaming. De esta forma, las horas de los profesores se respetarían.
No obstante, esta no es la única preocupación por parte de los profesores de cara al próximo curso. En caso de que existiera un contagiado en Covid-19 en una clase, y que no se detectara hasta la última hora, la normativa estipula que toda persona que haya compartido ambiente con el contagiado debería ser confinado durante un mínimo de 15 días. Es decir, en este caso, implicaría que seis profesores estarían confinados, lo que afectaría a distintos cursos de todo el centro.
Por casos como este, al igual que se ha introducido a un personal Covid, un encargado de contactar con Sanidad en caso de contagio, debería de haberse introducido más personal docente a las aulas. Personal que, Alhakén II, entre otros centros, han solicitado y les ha sido denegados, pese a contar con 900 alumnos y 80 profesores y no tener los medios para sostener las medidas contra el Covid-19.
Papel mojado
«La Junta no para de hablar de ayudas económicas y de personal, pero aún no sabemos de ninguna que haya llegado a buen puerto. Lo máximo que han recibido los colegios es un formulario para optar a estas ayudas y estamos a finales de agosto» Antonio S., miembro de otro sindicato.
Otra medida que se han implementado como método de seguridad es la realización de PCR a todos los docentes antes de la vuelta a las aulas. «Estamos a 21 de agosto y aún no hemos recibido noticias de ninguna prueba. En apenas dos semanas comienzan los exámenes de septiembre y seguimos sin saber nada», comenta Eva Mª Martínez, profesora.
«La realización de PCR es algo vital. Al igual que se les toma la temperatura a los alumnos, hay que proteger a maestros y docentes. Si algún profesor enferma y contagia al resto, podría suponer el cierre del centro por completo«, argumenta Antonio.
Al igual que no han sido informado de esto, los profesores tampoco saben nada de qué procedimientos deberían seguir en el caso de que nos viéramos envueltos en un segundo confinamiento. A pesar de que la Junta ha prometido impartir clase a los docentes que lo requieran, tampoco se han pronunciado al respecto. De nuevo, quedan pocos días para el comienzo del curso y aún se desconoce si se van a realizar todas las propuestas que dijeron.
«De momento todo son promesas: ni profesores, ni sanitarios ni material de seguridad. Nada de nada. Lo único que hemos recibido por parte de la Junta son promesas», comenta A.L., otro docente.
Es decir, por ahora no hay respuestas claras a los centros que no pueden cumplir los requisitos. «No existen protestas físicas porque no hay nadie allí, pero si hay personas disconformes con la desinformación. Tampoco se sabe lo que va a ocurrir, y eso no da seguridad a nadie», nos asegura M.J., directora de otro centro.
«No nos dicen nada. Lo único que nos aseguran es que el centro no tiene más responsabilidad que ponerse en contacto con Sanidad, que dará directrices sobre cómo proceder», explica Eva Mª. «Se supone que eso debería tranquilizarnos, pero en lugar de eso, nos deja más inquietos aún».
«La Consejería de Educación está forzando con su actitud que se produzca una gran movilización de la comunidad educativa andaluza que evite una incorporación presencial si no se disponen de las necesarias garantías de seguridad para la salud”, asegura Diego Molina.